por Ximena Jordán
La excepción
Me acerqué a la obra de Francisco Ríos como no lo hago a ninguna obra: desde lejos, siendo este un método de investigación estética que descarto. Para el presente artículo confronté imágenes y otras fuentes de información, las que por más fidedignas que sean, nunca podrán reemplazar, a mi juicio, la apreciación directa de la obra. Sin embargo, la tecnología nos da opciones que amortiguan la distancia, entre ellas, la oportunidad de conversar extensamente por internet con el artista, cuya explicación vitaliza las imágenes de su trabajo y enriquece su lectura. ¿Qué me pasó esta vez? ¿Por qué rompí a mi regla general de apreciar directamente la obra de arte de la que escribo?
El trabajo de Francisco Ríos condensa lo que ha sido mi materia de interés y de estudio por años de manera tan evidente, que sucumbí a la tentación de interpretarlo a pesar de la imposibilidad de presenciarlo, pues Francisco -escultor chileno- trabaja y reside en su país de origen y yo, estoy en México. Su obra armoniza delicadamente los conceptos de mito y arte, una paridad que sin duda es "lugar común" en lo que calificamos como arte pre-contacto con Occidente.
El arte ejecutado por las culturas no occidentales, antes de recibir la influencia directa y determinante de esta última, es de por sí sacro y profano a la vez, primando en algunas piezas lo sacro y en algunas lo profano, pero siempre contemplando ambas fuerzas como esencialmente presentes. No obstante, del arte contemporáneo tanto indígena como occidental, no puede decirse lo mismo.
El arte indígena contemporáneo presenta un componente mitológico en muchas de sus manifestaciones, pero no en todas; no como regla general. Esta opción es congruente con su calidad de arte indígena, pero a la vez contemporáneo; calidad dual que le otorga al artista la libertad de responder a solo ciertos patrones de etnicidad, y a otros no, según se adecúen a la creación de una determinada obra. Es decir, en el arte indígena contemporáneo la proporcionalidad de lo sagrado y lo profano varía en cada creación, pudiendo ser de una sacralidad predominante hasta una inexistente. El arte occidental contemporáneo, en el otro extremo, es mayoritariamente secular; incluso se podría decir que cuando presenta una aparente sacralidad es, por lo general, con la intención de hacer una cita o crítica cultural, en vez de producir una religación del espectador con otra dimensión de la existencia.
¿Dónde queda entonces, la obra de Ríos? Ahí está lo interesante. Podríamos decir que Francisco Ríos hace arte contemporáneo (y muy contemporáneo; incluyendo dentro de sus creaciones géneros tales como la performance, el arte efímero y la "escultura viviente") en el cual investiga visualmente mitologías de pueblos que no pertenecen a su matriz cultural, ya sea extintos, como es el caso de la cultura Paracas (antiguo Perú, 700 a.C al 200 d.C aproximadamente) como aún vigentes, como sucede con la indagación que hace Ríos en la mitología chilota.
La elección de los mitos que Ríos investiga no sigue un orden histórico, geográfico ni menos cronológico. Más bien obedece al orden de la vida misma, es decir, a la secuencia impredecible y perfecta según la cual las diversas historias míticas se le manifiestan al artista, vinculadas a determinados espacios, objetos o incluso a personas que hacen directa referencia a ellas y desde los cuales Ríos se inspira para hacer su creación. De esta manera, Ríos genera sus creaciones a partir del contacto directo con el referente del mito con que se encuentra en el presente, referente que varía desde un sitio arqueológico completo hasta un (aún) descifrable bordado en un textil.
Este referente mitológico es el gatillante de una experiencia de inter-religiosidad en el artista, experiencia desde la cual nace la investigación visual que da origen a la obra de Ríos, la que no deja por eso de ser occidental y contemporánea, no obstante, dotada de la solidez cultural y sustancial que solo la relación con el mito puede proporcionarle. Esta afirmación la postulo de acuerdo con el reconocido mitólogo Joseph Campbell (Las Máscaras de Dios, 1991, p.671), quien afirma que "las normas del mito, entendido más bien al modo de ‘ideas elementales’ que ‘étnicas’, por medio del uso inteligente no de una mitología, sino de todas las mitologías muertas y ya fijadas, permitirán al individuo anticipar y activar en sí mismo los centros de su propia imaginación creativa, desde la cual podrá desplegarse entonces su propio mito (…)".
Interesantemente, y probablemente sin la necesidad de conocer los postulados de Campbell, Francisco Ríos, desde su ser artístico, percibe lo mismo que este mitólogo, al confesar que el magnetismo que le causan las historias y los personajes míticos que se le aparecen en su caminar tanto artístico como personal, no se debe a su calidad de representantes de un pasado histórico que es necesario saber por "cultura general". Más bien se le hacen magnéticos porque estos referentes mitológicos lo conectan, a Ríos mismo y por consiguiente a su arte, con asuntos tanto espirituales como materiales de la sociedad y del tiempo presente, en el cual él vive y en el cual se despliega y manifiesta su obra.
Lo divino vive en ti. Vive desde tu centro. - Joseph Campbell
¿Cómo nace esta inquietud por lo indígena-mitológico en Ríos? Cuando estaba en la enseñanza media, es decir, en el colegio, en plena adolescencia, durante trabajos de verano, lo invitaron a participar de una ceremonia mapuche a la cual no invitaban a muchos huincas (hombres blancos). A raíz de esa experiencia comenzó su interés por culturas alternativas a la suya, el que no dejó de aumentar, hasta manifestarse estética y visualmente en sus obras de arte, que son exploraciones en la mística indígena desde y a través de la estética contemporánea. Como mencioné anteriormente, estas exploraciones se materializan en piezas de arte de diferentes estilos, siendo mis favoritas las "esculturas vivientes". Así me di la licencia de "bautizar" a una serie de esculturas en fibra vegetal que Ríos crea de tal forma que pueden ser adaptadas al cuerpo humano para poder encarnarlas y otorgarles, temporalmente, "vida moviente".
Al cobrar vida y movimiento, los personajes creados viajan, impregnan de misticismo las inauguraciones en las que expone Francisco Ríos y bailan por un espacio tanto físico como sagrado. Entre estos personajes encontramos al Imbunche de origen chilote, al Dios Ocular, de origen paracas, al Camahueto, de procedencia huilliche y al Choike, de la cultura mapuche. Más que darles vida él mismo, Francisco Ríos, curiosamente, prefiere dejar estos personajes (llamados graciosa y cariñosamente por él como sus "superhéroes") en cuerpos de profesionales del arte escénico, "prefiero que quienes tienen mejor dominio del cuerpo vitalicen mis esculturas, pues así puedo apreciar mejor el espíritu que logré infiltrar en ellas con mi trabajo sobre el material", admite.
En la actualidad y de forma paralela a sus creaciones contemporáneo-mitológicas, Francisco Ríos también está dedicado a la educación artística, a través de la cual aprovecha de familiarizar a las nuevas generaciones con los misterios mitológicos que no conocen generación ni cronología alguna. "Los más pequeños entienden fácilmente lo que les enseño de los mitos, entienden las fuerzas que representan los animales, comprenden la presencia de lo divino de la naturaleza…", confiesa. Y se le nota asombro en su voz.
La obra de Francisco Ríos contribuye a la revitalización de la estética y de la cultura, revitalizando mitologías que corren el riesgo de no seguir en la memoria, si no se les dota de formas contemporáneas tales como las empleadas por Ríos, las que permiten que la sociedad actual las apropie y les dé sentido. Y quién mejor que los artistas, quienes hablan en el mismo lenguaje estético, simbólico y metafórico de los mitos, para dotarles de morfología a los mitos mismos. Así lo da a entender Campbell, a modo de cuestionamiento: "¿Podría la mitología haber emanado de otras mentes, si no de las mentes de artistas?" (1991, p.472).
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Francisco actuará en Bellas Artes el miércoles 1 de noviembre a las 8 p.m. para la inauguración oficial del Festival de La Calaca, y también se presentará el jueves 2 de noviembre en la Plaza Cívica a las 6 p.m. para la ceremonia de la Pirámide de los Muertos.
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Ximena Jordán: RR.PP de IOD Atanor Creativo Maestra en curaduría de arte por The University of Melbourne. Licenciada en Estética (Filosofía del Arte) por la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC) Columnista cultural y coordinadora de eventos culturales
Imágenes: gentileza del artista Francisco Ríos Araya.
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