por Oliver Martinez

Silenciosa es mi mirada la mayor parte del tiempo, por entender donde empezó todo y por saber que a partir de aquel momento comenzaría a encontrarme a mí mismo.

Soy Oliver Martínez, artista mexicano originario de la ciudad de León Guanajuato, México. Arquitecto de profesión. Dibujante, pintor y escultor por pasión. Desde hace cuatro meses vivo en mi estudio en el centro de San Miguel de Allende.

El inicio de esta historia es curioso ya que nunca existió la idea de vivir del arte. Pienso que el arte fue el que me encontró a mí y desde hace casi veinte años no he dejado de aprender de esta aparente casualidad.

Desde mi infancia existía un constante interés en crear, a veces como un juego y otras con la imprecisión de una búsqueda desconocida.

A los nueve años en la escuela comencé a tener una rebeldía en buscar caminos diferentes a los establecidos, evidencia de querer ver más allá de las cosas.

Mi primer acercamiento a la escultura fue a través de algo tan sencillo como el simple sistema de bloques de construcción. Quiénes fueron testigos de mi desarrollo en esta actividad, no veían a un artista, sino a un futuro arquitecto.

Desarrollé el ejercicio de la observación en mi entorno como una parte indispensable de mi proceso creativo. Era muy minucioso con mis pensamientos y mi ejercicio de memorizar lo que veía lograba capturar detalles que después pasarían a una construcción mental inmediata y por último a la forma.

Análisis de una vida. 1998

Mis dibujos, aunque parecieran un juego de infancia, para mí eran la posibilidad de romper límites. Con el tiempo me encontré con la escritura como una nueva forma de expresión, quizá mucho más secreta y personal. Muy pocas personas podían entrar a mi mundo, ya que era muy reservado y era donde directamente plasmaba mis emociones. Escribir fue la forma más directa de enfrentarme a una adolescencia que apenas estaba comenzando.

El dibujo se volvió más académico debido a mis primeras clases de dibujo dentro de la escuela y logré darme cuenta de que realmente disfrutaba esta parte de mi vida.

Autorretrato. 2000

Fue en tercer grado que descubrí la vida de artistas como Diego Rivera, Frida Kahlo, Octavio Ocampo y Salvador Dalí. Conocer su obra fue lo que revolucionó mi cabeza, reordenando miles posibilidades que estaban despertando en otra realidad.

Dibujo. 2000

A los 16 años tuve mi primer encuentro con la pintura en un taller escolar, en el que conocí la técnica del óleo.
Mis primeros cuadros eran reproducciones de paisajes europeos en su mayoría y considero que fueron mi primera escuela en la pintura. En estos cuadros pude practicar todos los conceptos básicos del dibujo que ya conocía. La constancia me generó la disciplina necesaria para nunca dejar de pintar estando fuera de aquel taller.

Reproducción en óleo. 2000
Puesta de sol en un puerto de Claude Gellée, Le Lorrain

Un año después de haber terminado varios cuadros de mediano formato, pinté mi primera obra original titulada Esencias de la vida, la cual tenía una influencia total de la obra de Salvador Dalí. El uso de colores oscuros y hasta cierto punto melancólicos creaban una escena anestésica que reflejaba mi punto de encuentro con mi verdadera identidad.

Esencias de la vida. 2001

Esta etapa surrealista duró casi cuatro años y fue un proceso de autodescubrimiento que experimenté mientras cursaba la licenciatura de arquitectura. El uso recurrente de elementos de perspectiva, reflejaban el interés por la construcción de espacios tridimensionales.

El sueño eterno. 2004

Las atmósferas oscuras y dramáticas eran recurrentes y el uso de contrastes a través de colores tierras y ocres fueron desapareciendo con cada cuadro.

Ciencia ficció humana. 2005

La pieza Ciencia ficción humana sirvió como transición de esta etapa que marcaba el inicio de un camino y el fin de una influencia en el surrealismo. Considero que, esta pieza encontré un discurso personal más directo.

Hombre arquitectónico. 2005

Esta etapa terminó con mi primera exposición individual en la universidad en donde estudiaba Arquitectura. El uso de colores puros fue en aumento como un símbolo de un nuevo despertar a otra etapa más inquietante.
La influencia de la arquitectura marcaría el comienzo de una etapa abstracta en donde, por primera vez, explotaría el trazo de manera gestual.

Continuará….

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