por Paul Louis, texto, fotos, video

Ana Thiel es una de contadas artistas en México que posee su propio horno de fundición de vidrio. Imagine una gran barrica que contiene más de 200 kg de vidrio, fundiendo a 1250 °c.

Todos conocemos a los sopladores de vidrio, pero pocos conocen a artistas que utilizan el vidrio vaciado. Son contados: Bertil Vallien, sueco, Koen Vanderstukken, belga, son, junto con Ana, los más conocidos.

"Me agrada que el vidrio tenga la facilidad de atraer la luz hacia el interior de la escultura, el que funcione su óptica tanto con su forma interior así como con el ambiente, atrayendo las imágenes y movimiento del derredor, y que puede suspender color y aire así como formas flotantes. El vidrio es casi cuatridimensional en cuanto a que tiene no sólo altura, anchura y profundidad sino también transparencia." - Ana Thiel

La técnica más utilizada consiste en imprimir una forma dentro de la arena ya preparada para formar un molde y verter el vidrio fundido dentro de su cavidad. Este se puede intervenir de diferentes formas antes de que endurezca, añadiendo color, burbujas de aire, formas en vidrio ya creadas anteriormente y recalentadas entre dos capas, etc.

Pero Ana Thiel no solo vierte el vidrio en arena, ella lo vacía también sobre madera, sobre formas en metal, dentro de libros. También da forma a sus piezas mientras están calientes torciéndolas o rodándolas.

Todos estos procesos hacen que su trabajo, audaz y original, sea siempre y antes que todo un trabajo escultural que integra al vidrio. La acumulación de secciones en vidrio formarán columnas, esculturas complejas de componentes arquitectónicos se integran en los espacios, o dentro de piedras las partes en vidrio colado las retornan a la naturaleza añadiendo luminosidad y color.

Antes de encender el horno, Ana va preparando sus proyectos durante los meses precedentes. El día del encendido siempre es un evento que marca el comienzo de un período de trabajo muy intenso. El horno toma tres días para llegar a la temperatura de trabajo que debe ser mantenida durante todo el período de actividad de Ana dentro del cual también aprovecha para ofrecer cursos de aprendizaje. Ella disfruta de compartir sus conocimientos, acumulados a través de casi 40 años de experiencia en distintos talleres y a través de residencias artísticas alrededor del mundo.

"Hay algo casi mágico en la intensidad y resplandor del color y brillo del vidrio fundido, especialmente cómo emanan del vidrio mismo al momento de ser extraído del horno, aun líquido y fluido. Ese brillo que después se desvanece y nunca regresará...

"Hay algo en la energía que emana del vidrio mismo cuando está candente que me mueve a compartir este momento. Invito así a personas a que vengan a ver y observar esto por sí mismos. El ambiente de trabajo es intenso, uno tiene que estar muy consciente todo el tiempo.

"También me gustaría compartir con el público lo que hay detrás de la creación de estas esculturas. Deseo compartir los distintos tipos de procesos que se llevan a cabo cuando el vidrio fundido se vacía en arena, metal, madera, libros, y otros materiales.

"Además, vaciar vidrio fundido es una técnica única que no es vista con frecuencia ya que se requiere de un taller totalmente equipado para poder fundir el vidrio de esta manera. El horno tarda tres días a llegar a la temperatura y tiene que estar encendido 24 horas al día. Por ello lo enciendo cada año o cada dos años, usualmente en invierno porque es agradable tener un horno de vidrio encendido cuando hace frío." - Ana Thiel

anathiel@yahoo.com
www.anathiel.art

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Paul Louis es un fotógrafo que comparte su tiempo entre Bruselas y San Miguel de Allende. En Europa se dedica principalmente a fotografiar objetos de arte, con especialidad en escultura en vidrio; produce y edita catálogos al igual que libros de arte, y escribe artículos centrados en el tema de la cerámica y el vidrio. En México puede concentrarse en su fotografía personal.