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"Volvamos a lo antiguo y será una progreso." - Guiseppe Verdi
por Colette Morya
El arte textil mexicano tiene siglos de historia. Los telares aparecen en códices Náhuatl y en la cultura Maya. Se han convertido las cintas e hilos de lana en artesanías ancestrales desde la prehistoria. La producción textil es un laborioso proceso que se transmite de generación en generación. El estilo de tejido varía según la región de México y sus tradiciones.
Hace algunos años, encontré este arte por primera vez en Teotitlán del Valle, en Oaxaca. En ese lugar, los artesanos abren las puertas de su taller para mostrar el desarrollo de las alfombras tradicionales de la región. En más de una ocasión tuve la oportunidad de admirar la concentración y la destreza de una verdadera Tejedora zapoteca.
Para mí era casi imposible imaginar cómo coordinar el orden de los hilos para formar las figuras. Por difícil que fuera, siempre tuve curiosidad por aprender. Simplemente ver el proceso fue muy reconfortante. Un poco de alivio de mi lado obsesivo compulsivo no me haría daño, lo repetitivo siempre me ha resultado bueno para relajarme.
Tuve la oportunidad de visitar el Centro Cultural Allende, la escuela de arte es verdaderamente hermosa. Al ingresar, pasé por un vestíbulo y una gran área de recepción maravillosamente adornada con los murales de David Leonardo, el mismo artista que pintó la Sala Quetzal de la Biblioteca. Si tiene un poco de tiempo, les recomendaría al menos, hacer una breve visita y verlos. Son fabulosos.
Las fotos están prohibidas, esta de arriba la tomé de su sitio web http://instituto-allende.edu.mx/.
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Mural y pasaje en el Instituto
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Entrando por un pasadizo, se emerge a un oasis verde, donde hay más murales de David. El efecto de las fuentes, el césped y la atmósfera parecida a un parque, se intensifica por su contraste con el ajetreo agitado del Ancha San Antonio, justo en frente del edificio. Alrededor de este refugio natural y formando parte de él, están las aulas.
Vine aquí para conocer al Maestro Agapito Jiménez, un maestro tejedor con más de 50 años de experiencia en el arte. Después de recorrer un corto camino pasando varios edificios de piedra, llegue a su estudio y aula. En este salón de arte, donde se ofrece el Taller de Tejido Tradicional Mexicano, el Maestro ha enseñado por más de 30 años, convirtiéndose en parte importante de la historia en San Miguel y el Instituto Allende.
Fascinada por su gran conocimiento en este arte, le pregunté a Agapito dónde y cómo lo aprendió. Su respuesta incluyó gran parte de la historia de su vida. Originario de un pueblo al lado de Pozos, aquí en Guanajuato, de niño siempre tuvo la curiosidad de saber el destino de la lana que era esquilada de las ovejas en su pueblo: ..."Sabía que se hacían mantas y gabanes, pero no sabía el proceso... "
A los 11 años, en la búsqueda de su camino en la vida, llegó a San Miguel de Allende. Aquí se le ofreció la oportunidad de aprender a usar el telar: ..."Yo trabajé y aprendí al mismo tiempo, conociendo paso a paso el tratamiento que se le da a la lana, desde la selección de material, cardado, hilado y coloración... ".
Me sorprendió la complejidad de los procesos que me explicó. Traté de entender cómo tal trabajo podría ser valorado. En estos tiempos, donde todo es sintético y realizado en fábricas por decenas de miles, una pieza única como las creadas por él, son invaluables. Don Agapito recuerda con cariño a un comprador en un ajetreado mercado que en medio de una mar de gente, pagó por una alfombra, entregándole una cantidad de dinero y diciendo que regresaría más tarde por ella. El, estaba tan ocupado que solamente se guardó el dinero en el bolsillo, sin siquiera contarlo. Al final del día, ya había olvidado esto por completo. Cuando el hombre regreso, Agapito recordó la venta y se alegro por no haber vendido la alfombra a otra persona. Al contar el dinero en su bolsillo, grande fue su sorpresa al tener tres veces el valor de venta del tapete. El comprador rechazó sus intentos de reembolsar parte del pago, insistiendo en que era un intercambio justo por el valor de la alfombra y un reconocimiento a su gran labor.
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Estudiantes del maestro
El Maestro recuerda que en los años 60 aquí en San Miguel, el 33% de la población estaba involucrada en el negocio textil. Las mantas y las cotorinas eran los productos más comunes en aquellos días. La gente tenia por costumbre traer lana de sus ovejas a los tejedores, pidiéndoles ciertos artículos para ellos y pagándoles en especie con lana extra.
Actualmente, Agapito lamenta que aunque hay muchos tejedores individuales, aquí en San Miguel solo quedan siete lugares que continúan con la tradición del tejido artesanal. Poco a poco esta costumbre se esta perdiendo debido a la modernidad de nuestros días. Dadas estas circunstancias, tanto el Maestro como el Instituto Allende han centrado su fuerza para preservar este importante arte.
Conociendo más profundamente la importancia de esta tradición, estoy nuevamente, como en Oaxaca, muy tentada a tomar clases de tejido. La oportunidad es única, sería un gran privilegio aprender de tan grande profesor. Quizás, de una manera muy pequeña e individual, podría ayudar a preservar este arte de tejer y formar parte de la historia del arte textil en México.
El maestro con una de sus creaciones
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Las clases en el Instituto Allende Escuela de Arte y Español están abiertas a todo público. No se necesita experiencia previa para tomar clases de tejido. Don Agapito dice que en dos semanas es posible aprender cómo hacer una alfombra simple y que para diseños más complicados y grandes, podría tomar hasta seis meses en lograr adquirir el conocimiento por completo.
Para obtener información sobre el taller textil, visite el sitio web, http://instituto-allende.edu.mx, o llame al (415) 152 09 29 / (415) 152 01 90 ó puede usted aprovechar y visitar directamente el lugar y caminar debajo de los murales y a través del pequeño parque y conocer personalmente al maestro Agapito.
For information about the textile workshop see the website, http://instituto-allende.edu.mx or call (415) 152 09 29 / (415) 152 01 90 or walk under the murals, up the passageway, through the little park and ask for Maestro Agapito.
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Colette Morya, escritora y nómada, es editora de la nueva sección Comunidad Lokkal de San Miguel Sunday.