by Maru Vázquez
Hablar de un artista no es cosa fácil. Menos cuando se trata de un ser humano dotado de un surrealismo muy particular para vivir y hacer su quehacer cotidiano.
Emilio González nació en la ciudad de México en 1955 y poco después se mudó a San Miguel Allende. Desde pequeño se inicio en la pintura al ver a su abuelo y a su padre ejercer dicho oficio.
Su gusto por el arte lo llevó a ingresar al Instituto Allende y al Instituto Nacional de Bellas Artes, en donde incursionó en el grabado, la pintura y escultura; así como en la elaboración de vitrales.
Con su gran creatividad fue transitando por estas ramas de la plástica desde los 15 años y al devenir del tiempo encontró en la pintura su forma de expresión más plena. “Yo no tenía ganas de hacer otra cosa, mas que estar pintando”, me comenta.
Tengo el gusto de conocerlo desde hace poco más de un año, me honra su amistad. Yo no sabía que él pintaba, menos el tamaño de artista que es.
No le gusta el protagonismo, ni la adulación. Tras 47 años de una carrera impecable y su ir y venir por el mundo experimentando con los colores, con las emociones… encontrando esas formas que me dejan ver su amor por la naturaleza, por el aire, por el mar, por la vida llena de sensualidad, no deja de dar pinceladas.
¡Es un hombre con un alma femenina! Como mujer y amiga lo agradezco enormemente.
Bendita su sensibilidad y su talento. Maravillosa su rebeldía y sus ganas de hacer arte, de compartirlo con sus correligionarios en diversos foros creados por ellos mismos.
En algún momento de su vida viajó a San Francisco, California, y Austin Texas, lugares en los que su trabajo fue acogido con muy buenos resultados. Trabajó con René Couturier y siguió creciendo como artista.
Regresó a San Miguel y en su estudio de la calle de Recreo mostró su trabajo de forma colectiva con sus amigos y compañeros. Cada mes tenían una exhibición. Así transcurrieron los años hasta que por casualidad me encontré con su obra.
No pude esconder mi admiración y mi grata sorpresa. Su temática, colorido, estructura y gran manejo de la técnica me maravillaron. Contenerme de mostrar su trabajo fue imposible y, aunque a regañadientes, he logrado convencerlo de que nos permita admirar su sensibilidad y gran talento.
Para él, como para mucho de nosotros artistas, el arte no es solemne, es parte de la vida. Sin él, nuestro transitar sería distinto. El sentido que adquiere el arte en nuestra propia existencia es más profundo, ya que si él no podríamos subsistir.
Escucho a Milo, comparto su sentir, lo veo desparpajado hablar como si nada importara… importando tanto todo. Amo su risa, admiro su quehacer y su óptica de la vida. Mucho que aprender de él.
Los invitamos para nos acompañen a descubrir al artista, al hombre… al amigo.
Fabrica la Aurora Art Walk
Sábado, 2 de Abril, 5-8pm
Galería Calderoni
gratuito
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Maru Vázquez ha participado en más de 106 exposiciones colectivas y 35 muestras individuales tanto en México, Estados Unidos, Sudamérica y Europa. Tiene obra en colecciones permanentes en México, Paris, Berlín, Bermuda y Texas. Tiene artículos y entrevistas acerca de su trabajo en los periódicos de mayor circulación. En 2006 crea el Grupo Mujeres en el Arte, y lo preside hasta la fecha; el cual cuenta con 180 artistas de carrera y 27 exposiciones y subastas. En 2020 se muda a San Miguel de Allende y empieza a exhibir su trabajo en la Galería Calderoni.