por José Luis Mendoza Aubert

Para variar, me encontraba el otro día en mi lugar filosófico favorito, léase Jardín Principal frente a la Parroquia, observando a la gente local y visitante. Me llamó muchísimo la atención la abrumadora cantidad de personas con sus teléfonos celulares, unos viendo, otros hablando, otros mandando textos, otros más escuchando, de todas las edades y condiciones sociales… Recuerdo cuando yo era joven y la comunicación y la vida en general era más lenta, había tiempo para meditar, pensar lo que diríamos, encontrarnos con nuestros pensamientos y sentimientos profundos, era una delicia imaginar lugares, situaciones, personas, sin tener una avalancha de imágenes pre digeridas.

Soy una persona que creció en una época en la que la tecnología no era tan avanzada como lo es ahora. Recuerdo cuando la televisión en blanco y negro luego en color, que fue un gran avance y el internet todavía no existía. Sin embargo, hoy en día, estamos expuestos a una gran cantidad de imágenes y tecnología de manera constante, lo que puede tener un impacto negativo en nuestra salud y bienestar.

La sobre-exposición a las imágenes y la tecnología es algo que puede afectarnos a todos. Pasamos horas frente a pantallas de computadoras, teléfonos móviles y televisores, lo que puede afectar nuestra capacidad para concentrarnos, disminuir nuestra productividad y afectar nuestra salud mental. Además, la constante exposición a imágenes violentas o sexuales puede tener un impacto emocional negativo en nosotros.

Además, la tecnología también puede afectar nuestra salud física. Pasar largas horas sentado frente a una pantalla puede causar fatiga ocular, dolor de cabeza y problemas de postura. La falta de actividad física y la exposición prolongada a la luz azul emitida por las pantallas también pueden afectar nuestro ciclo de sueño y aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Es importante que tomemos medidas para limitar nuestra exposición a la tecnología y las imágenes, sobre todo en edades tempranas, cuando estamos conociendo el mundo, no les arrebatemos a los niños la magia de imaginar y pensar. Esto podría incluir establecer límites de tiempo para el uso de dispositivos electrónicos, tomar descansos regulares para evitar la fatiga ocular y la tensión muscular y elegir cuidadosamente los programas de televisión y películas que miramos y que ven nuestros niños.

También debemos ser conscientes de cómo la tecnología y las imágenes afectan nuestra salud mental. Es importante buscar ayuda si nos sentimos abrumados o afectados emocionalmente por lo que vemos en línea o en la televisión.

Aunque la tecnología puede ser una herramienta muy útil, la sobreexposición a las imágenes y la tecnología puede tener un impacto negativo en nuestra salud y bienestar. Es importante que seamos conscientes de cómo afecta nuestra salud física y mental y la de nuestros seres queridos, Tomemos medidas para limitar nuestra exposición cuando sea necesario, y seamos selectivos con los contenidos, merecemos calidad, no cantidad.

Segunda parte

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José Luis Mendoza Aubert:

Actor, director y técnico teatral. Maestro y escritor de Teatro y Artes Plásticas. Fundador y director de la compañía y escuela de teatro la Comedia del Universo, funcionando en San Miguel durante los últimos 20 años. Musicólogo y cinéfilo, juez del Festival de cine En Corto ahora GIFF por 8 años. Director de Arte y Cultura de la Biblioteca Pública por 15 años. Miembro del Consejo de Directores del Sindicato Centro Cultural Comunitario. Da pláticas y talleres de conciencia del medio ambiente en escuelas y comunidades. Miembro fundador del Colectivo Allende la Cultura. Toca música Veracruzana y escribe poesía. Miembro fundador del grupo de música Jarocha "Soledad".

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