A partir de la segunda mitad del siglo pasado, algo tardío en comparación con otros países latinoamericanos, el arte geométrico comenzó a desarrollarse como uno de los principales aspectos de la "ruptura" movimiento que buscaba poner fin al predominio en las artes plásticas mexicanas del muralismo y el arte figurativo nacionalista. Este desarrollo inicial del arte geométrico en México fue influenciado de manera muy notable por las propuestas de Mathias Goeritz, un artista alemán que llegó al país en 1949. Arquitecto, escultor y pintor, promotor de la vanguardia europea y ferviente admirador de Paul Klee, Goeritz dejó en México una rica y variada obra, en la que podemos destacar el Museo Experimental "El Eco", la muy famosa "Torres de Satélite" y el no menos famoso "Espacio Escultórico" de la Universidad Nacional.

Un segundo artista pionero de la expresión geométrica en el arte mexicano fue Gunther Gerzso, quien en la década de 1950 creó pinturas inspiradas en la arquitectura prehispánica, por los monumentos de Monte Albán, Uxmal y Machu Picchu, hecho de líneas que generaron planos yuxtapuestos bellamente definidos por una gestión muy sutil del color.

Más tarde, hacia la década de los 70´s, dos grandes maestros irrumpieron en la escena del geometrismo mexicano que llevaría esta tendencia a su máxima expresión. Estos fueron Manuel Felguérez y Vicente Rojo, quienes también se acercaron, con la misma fuerza y simultáneamente, a la pintura, la escultura y el arte urbano. No cabe duda de que las obras pertenecientes a la "Máquina Estética" de Felguérez y la serie "México Bajo la Lluvia" y "Volcanes" de Rojo, representan momentos culminantes en la historia del geometrismo internacional.

Me he tomado el tiempo para hablar de estos importantes precursores y maestros del arte geométrico mexicano porque Alberto Lenz dibuja, conceptual y formalmente, de todos ellos. Heredero directo de las propuestas de Goeritz, Gerzso, Felguérez y Rojo, el trabajo de Lenz es tanto una continuación como una contribución importante a todo este desarrollo del geometrismo en México.

De hecho, basado en sus innovadoras búsquedas escultóricas y pictóricas, en las que utiliza metal, madera y cartón para crear composiciones abigarradas llenas de formas y dotadas de un color intenso y muy personal, Lenz se mueve desde la plataforma del arte geométrico del siglo pasado hacia una propuesta posmoderna que llamaremos "neo-geométrica", muy claramente vinculada al espíritu barroco tan presente en la cultura y el arte mexicanos.

Con este enfoque posmoderno, Alberto Lenz rompe barreras entre disciplinas y estilos artísticos y nos ofrece un conjunto de obras instaladas en la frontera entre lo escultórico y lo pictórico, que, aunque escritas en el lenguaje de la geometría, están lejos de ser fríos o racionales - como sucede con una buena parte de las obras geométricas - y en su lugar de repente nos enfrentan con un mundo de sensualidad y misterio.

Cristina Gálvez es historiadora del arte y promotora cultural. En los últimos años ha trabajado como asesora y curadora de museos y galerías de arte, especializándose como consultora en arte contemporáneo latinoamericano. Actualmente vive en Ciudad de México y San Miguel de Allende.

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