Christy Higgins es una artista y ensayista afincada en San Miguel de Allende, México. Tiene una licenciatura en Psicología por la Universidad Estatal de California - Fullerton y una maestría en Psicología Espiritual por la Universidad de Santa Mónica.

Antes de mudarse a México con su esposo en 2016, vivió en el área de Los Ángeles, en el sur de California. Criada en Fullerton, CA, se trasladó a Los Ángeles después de graduarse de la universidad, donde vagó un poco sin rumbo a través de diversos puestos administrativos y de gestión en la educación, el entretenimiento y las artes.

Aunque había estado rodeada de arte y artistas toda su vida, no empezó a crear sus propias obras hasta los primeros días de la pandemia en 2020. Siguiendo la sugerencia de un artículo de revista, empezó a hacer pequeños collages. Casi de inmediato, las imágenes, que parecían brotar de forma natural de las profundidades desconocidas de su inconsciente, la sorprendieron. Se sintió inspirada para seguir haciendo arte, lo que finalmente la llevó a explorar estas imágenes surrealistas y extrañas escribiendo sobre ellas en ensayos que invitan a la reflexión, ensayos que pretenden tejer una narrativa en torno a la identidad, la creación artística y la sanación a través de la lente de la mitología y la psicología profunda.

Le gusta explorar la encrucijada en la que la naturaleza y las ideas espirituales confluyen en temas mitológicos. «No intento decir nada concreto con las imágenes u objetos que creo, pero siento firmemente que mi arte tiene algo que decirme (y decirnos). Tanto mis obras de arte como mis ensayos son expresiones de mi continua exploración de la intersección entre las dimensiones interiores y el mundo exterior. Ser un buscador es una parte integral de lo que soy y lo que alimenta mi interés por el arte, los viajes y la escritura, así como la exploración psicoespiritual. Sin embargo, mi búsqueda no se limita a mi propio viaje de sanación. Me comprometo con mis obras de arte, mis ensayos y mis prácticas espirituales como si todas existieran en el mismo continuo, interrelacionadas y al servicio de la curación a nivel colectivo.»

«Por razones personales sobre las que he escrito en mi blog The Seeker's Notebook (christyhiggins.com), no empecé a hacer arte hasta la mediana edad. Desde entonces se ha convertido en una forma de vida que me parece más auténtica y significativa que cualquier otra cosa que haya hecho nunca. Es una forma de hacer mi contribución esencial a la expresión creativa colectiva de la tribu humana con el propósito de conectar, sanar y evolucionar juntos. Por fin siento que participo en mi vida real».

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Los dos últimos versos del poema que cierra la obra de Baudelaire resumen de forma gráfica y vívida el impulso que impulsa el proceso creativo.

El Viaje pide a la Muerte que ayude al poeta a pasar de la vida a la muerte para que pueda experimentar nuevas emociones.

Crear es entregarse a una atracción, descender a la madriguera de un conejo en busca de una prometida elevación de la conciencia, arriesgándose a morir en el proceso.

O es responder a un hechizante canto de sirena: seductor y misterioso, hipnótico y no exento de peligro. Abruma la razón apelando al azar de ser forzado a un encuentro con el Destino.

Ya sea de forma compulsiva o deliberada, el acto de creación solicita una cita fatídica con una noción incipiente que exige estructura y orden y textura para luego mantenerse sola, independiente, viable, completa: ¡una creación que respira!

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Los cuadros de Ann Chamberlin se presentan a la manera y escala de casas de muñecas en las que las personas se ven atrapadas, como ciervos en los faros, en narraciones de estragos, caos o mitos. A menudo, las escenas se sitúan al borde de algo: una costa escarpada, cayendo en un estanque de serpientes o acosados por bandidos al borde de la carretera. Hay merodeadores en el horizonte, burbujas de pensamiento molestas sobre apuestos marineros o pronunciamientos escritos que dicen «no tengo NADA que ponerme» o «¡vuelve!». El estilo es ingenuo -aunque nunca inocente- y valora nuestras incertidumbres sobre estos momentos más incómodos de una vida examinada.

Chamberlin ha vivido y trabajado la mayor parte de los últimos 20 años en México, desde la costa de Nayarit hasta San Miguel de Allende, Guanajuato. Ha expuesto ininterrumpidamente en Los Ángeles desde 1989, incluyendo exposiciones individuales en Jan Baum, Lora Schlesinger y Craig Krull, e importantes exposiciones colectivas en la Galería REDCAT, la Galería Municipal de Arte de Los Ángeles y el Museo de Arte de Laguna. También ha expuesto individualmente en la Galería Arte AC de Monterrey (México), la Galería Mia de Seattle y el Centro Colombo Americano de Medellín (Colombia). Entre los premios que ha recibido se encuentran la beca MAA/NEA de pintura, la beca para artistas individuales de la California Community Foundation/ Getty Trust Fund for the Arts, la beca para artistas individuales de la ciudad de Los Ángeles, una residencia artística en La Muse, La Bastide Espairbairenque, Francia, y una beca Fulbright en Medellín, Colombia. Es licenciada en Bellas Artes por la Universidad de las Américas, Puebla, México, y tiene un máster en Bellas Artes por la Universidad de Texas, Austin. Actualmente expone en la Craig Krull Gallery de Santa Mónica y en la Capilla de Jimmy Ray en La Cieneguita, México.

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