por Luisa Ruiz

El sábado 16 de marzo fue la tradicional Traída del Señor de la Columna, que es una procesión que este año cumplió 201 años de llevarse a cabo de manera ininterrumpida. Ni la Revolución Mexicana, ni la Guerra Cristera, ni los brotes epidémicos de la influenza española, ni la peste bubónica, ni el COVID pudieron detener esta procesión que convoca a miles de fieles.

Siempre me ha interesado saber cuál es el origen de las cosas. Y esto no ha sido la excepción. Me puse a investigar sobre el Señor de la Columna y encontré dos diferentes orígenes de la procesión que se lleva a cabo de Atotonilco hacia el Templo de San Juan de Dios en San Miguel de Allende.

Andrés Téllez en el Sol de Bajío, comenta que en 1823 fue la primera vez que el Señor de la Columna fue traído a San Miguel, ya que había una peste y los pobladores estaban muy enfermos. Al llegar el Señor de la Columna a San Miguel, las personas comenzaron a sanar milagrosamente.

En la segunda versión que encontré, Diego Rodarte narra la historia de Don Cayetano que era un comerciante influyente de la región y que se convirtió en benefactor del Señor de la Columna. Un día él se enfermó y le solicitó al capellán del Santuario de Atotonilco, que le llevaran la imagen, ya que le tenía una devoción particular. Cuando se la llevaron, Don Cayetano empezó a mejorar de la enfermedad que le provocaba fiebres altas y un dolor insoportable en el cuerpo.

Sea cual sea el origen, es un hecho que esta tradición es muy antigua. Si hablamos de 201 años podemos pensar que al menos 8 generaciones han participado en esta procesión.

Aunque fui educada dentro de la religión católica, no me considero muy practicante pero este tipo de festividades me llaman mucho la atención, así que el sábado decidí hacer la procesión por segunda vez. La primera ocasión fue hace 2 años y me acompañaron Nicole y Kirby, dos amigas de Estados Unidos.

El sábado pasado me fui con mi amiga Miriam. Me puse a investigar cómo podíamos llegar porque yo ya había escuchado que esa noche había una ruta especial para llegar a Atotonilco. Lo que encontré es que el transporte sale del Seguro en Calzada de la Aurora, luego toma Calzada de la Luz, Avenida Guadalupe, Calzada de la Estación y luego el libramiento. Este transporte especial empieza a circular a las 7pm y lo hace constantemente hasta las 11:30pm.

A las 8pm, Miriam y yo tomamos el camión en Calzada de la Aurora, casi al principio de su recorrido. Esto fue muy bueno porque nos tocó ir sentadas todo el camino. En un par de paradas más, el camión se llenó y muchos tuvieron que ir parados.

El camión nos dejó cerca de la entrada de Atotonilco, cerca del Mama mía, así que nos tocó caminar un poco. En cuanto entramos al pueblo, vimos puestos de todo: comida, café, sombreros, recuerditos, imágenes del Señor de la Columna, playeras, botanas.

Caminamos hacia el Santuario y había fila de personas para poder entrar a la iglesia y ver al Señor de la Columna. Había voluntarios que pedían que no usáramos flash para las fotos y que hiciéramos el recorrido de manera rápida, ya que había muchas personas esperando entrar. Solo tomamos unas fotos de la imagen y salimos.

Caminamos hacia los puestos y ya teníamos un poco de hambre, así que nos detuvimos en un puesto y comimos una gordita y un agua de fresa. Luego caminamos hasta encontrar un espacio donde nos sentamos a esperar que dieran las 11:30pm, hora en la que empezó la procesión. Mientras esperábamos, yo saqué mi cuaderno y escribí algunas cosas, mientras Miriam leyó un libro.

A las 11:30pm los sacerdotes se reunieron en el atrio para dar la bendición a todos los fieles y poder iniciar la procesión. La imagen del Señor de la Columna es acompañada por otras dos imágenes: Nuestra Señora de los Dolores y San Juan Apóstol. Las tres imágenes son cubiertas con lienzos y pañoletas para protegerlos de la intemperie.

Ignoro el número de personas que caminamos en la procesión pero leí que el año pasado hicieron un cálculo de 12000 personas. El recorrido se hace por la carretera y existe muy buena coordinación porque bloquean un carril para los peregrinos, y dejan un carril libre para la circulación de los coches, así que los policías dirigen el tráfico para que se vaya alternando el paso de los vehículos.

Mientras caminamos, hay personas que rezan, otras cantan, otras van en silencio, otras van cotorreando. En cuanto a edades, uno ve bebés en brazos o niños pequeños en carriolas o niños un poco más grandes ya caminando. Me tocó ver personas mayores caminando con bastón. Durante toda la procesión siempre estuvimos acompañados por una ambulancia por si había alguna emergencia.

Empezamos a caminar a medianoche y estábamos entrando a San Miguel de Allende alrededor de las 5 am, así que el recorrido de 12 km se hace de manera lenta. A medio camino, se hace una parada para descansar durante 20 minutos. En diferentes puntos de la carretera, hay personas que regalan café y pan a los peregrinos.

Desde el sábado a las 4pm las personas que viven sobre Av. Independencia y San Antonio Abad empiezan a adornar la calle con flores, con tapetes elaborados con aserrín de colores, con banderas que cuelgan de los postes de luz.

Hay un punto específico en la Avenida Independencia en donde montan una tarima y ahí es donde se descubren las tres imágenes. Este es un momento muy solemne acompañado por una banda de música y un coro. Después de esto, la procesión continúa hasta el Templo de San Juan de Dios, en donde se oficia una misa a las 7am.

El Señor de la Columna estará de visita en el Templo de San Juan de Dios hasta el miércoles de Pascua que este año será el miércoles 3 de abril. A medianoche de ese día, las imágenes emprenderán el camino de regreso al Santuario de Atotonilco.

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Luisa Ruiz es maestra de química, psicoterapeuta transpersonal, terapeuta especializada en duelo, facilitadora de cursos y talleres y doula de muerte. Es fundadora del Death Café en México, ha trabajado para la Asociación Civil Uno en voluntad ofreciendo talleres de duelo. También ha trabajado para la Fundación Elisabeth Kübler-Ross como facilitadora de cursos y doula de muerte. Le gusta mucho leer, escribir, excursionar y viajar.

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