por Dr. David Fialkoff, Editor

La gente me pregunta si vuelvo a visitar Estados Unidos. Yo respondo: «Vuelvo para visitar a mi hija en Nueva Orleans. Pero Nueva Orleans no es realmente Estados Unidos. Era francesa».

De hecho, antes de ser francesa, era española. También, en la línea de lo no estadounidense, hay un fuerte sentimiento caribeño en el lugar, incluida una larga historia de vudú.

Del mismo modo, San Miguel no es realmente México, ni para los expatriados ni para los mexicanos. También en común, San Miguel y Nueva Orleans son muy acogedoras, con vida en las calles. Ambas son ciudades pequeñas que atraen mucho interés y turismo internacional.

En un marco de referencia más amplio, Luisiana y México también tienen cosas en común. La corrupción y el crimen organizado están por todas partes, pero ciertos lugares están orgullosos de su criminalidad. La anarquía, en “Luziana” y en México, ha encontrado un terreno fértil, convirtiéndose en una institución.

Mi hija tiene un querido amigo, Jim Mustian, que tras años escribiendo para el periódico local de Nueva Orleans, The Times Picayune, ahora trabaja como reportero de investigación para AP News y enseña periodismo en el norte del estado: «periodista de investigación y narrador centrado en la justicia penal y la injusticia; profesor universitario de periodismo, podcaster y reportero a tiempo completo...»

Acabo de terminar de escuchar una serie de audio que Jim ayudó a producir, investigando, escribiendo y narrando una serie audio sobre un mal agente de la DEA de Nueva Orleans.

Aún no he hablado con Jim al respecto, pero tras escuchar la serie mi impresión sigue siendo más o menos la misma: tal o cual traficante de drogas o agente de la DEA que es detenido no es más que una pieza que se retira (y a menudo sólo temporalmente) del tablero. Pero el juego continúa.

Los verdaderos beneficiarios nunca corren peligro. Su juego nunca se interrumpe. Los verdaderos jugadores son hombres muy bien conectados. En la serie, alguien de la DEA admite la ineficacia de su esfuerzo:

El mal agente de la DEA de Nueva Orleans fue destituido, pero no por golpear a sospechosos esposados o violar de otro modo los derechos civiles. Ahora está cumpliendo una condena de 13 años, porque rompió las reglas del juego, llevándose demasiado para sí mismo, cabreando a gente a la que no quieres cabrear.

Hablando de crimen institucionalizado: el caso contra la Arquidiócesis de Nueva Orleans, la Iglesia Católica que está siendo demandada por cientos de millones de dólares por abusos sexuales a menores (si sólo fueran violaciones), está a punto de hacerse mucho más grande.

El problema era que muchos de sus delitos habían prescrito. Así que un abogado, interesado en ayudar a esas víctimas (y, cabe imaginar, a su bolsillo), miembro de una prominente familia de Luisiana, consiguió que el tribunal supremo del estado suspendiera la prescripción aplicable a esos casos.

Todo estaba listo, hasta que un juez cambió de opinión. Entonces, este abogado se las arregló para que ese juez fuera nombrado director de una universidad (la misma del norte del estado donde Jim Mustian da clases) y para que su puesto en el Tribunal Supremo fuera ocupado por un juez más favorable al plan.

En otra nota sin ley: Busqué a una mujer que solía escribir para mí, que ahora vive aquí en el Barrio Francés. Ella compartió conmigo un guión que escribió. No tiene nada de ilegal, pero la obra se centran en dos mujeres empeñadas en descubrir su participación de niñas en el proyecto MK Ultra de la CIA, que trataba de manipular seres humanos. La CIA quería crear niños superinteligentes: «Déjame a solas con tu niña, mientras jugamos a juegos muy adultos». MK Ultra también pretendía crear candidatos manchurianos, asesinos durmientes, utilizando LSD y electroshock.

La trama de la obra también contempla la implicación durante décadas de la Facultad de Medicina de Tulane en la extracción ilegal de órganos. (Es increíble lo que se puede conseguir en Luisiana). Ir a una histerectomía y salir sin la mitad del hígado o dos tercios de los intestinos. La población negra tiene una tasa mucho más baja de vacunación Covid por una razón. Saben (como los aviadores de Tuskegee y otros) que el gobierno está jugando sucio.

Es de dominio público que, al menos en la actualidad, la CIA está muy interesada en el control mental. Los «antiguos» miembros de la comunidad de inteligencia constituyen un gran porcentaje de la administración de Google, Facebook y otras empresas de medios sociales.

El mundo se puede dividir en dos tipos de personas: los que dividen el mundo en dos tipos de personas y los que no. Aun así, todo esto me ha hecho pensar en una dicotomía: los infiltrados y los civiles.

Cinematográficamente, estos dos tipos de personas quizá estén mejor representados por Jack Nicholson reprendiendo a Tom Cruise en el drama judicial A Few Good Men: «¡No puedes con la verdad!». No queremos pensar en ello, pero hay malos actores poderosos ahí fuera, y tienen mucha compañía.

El pantano aquí arriba es muy bonito. Pero, al recorrer en bicicleta el sendero que lo bordea, no estoy seguro de si lo que me asoma desde el agua es un tronco parcialmente sumergido o un caimán, y no estoy seguro de querer saberlo.

San Miguel y Nueva Orleans podrían ser ciudades hermanas. Su abundancia de cultura y su tamaño manejable las convierten en ciudades maravillosas para Lokkal, el proyecto local de internet de SMA; la gente presentando su propia ciudad y quedándose con los beneficios de hacerlo; un internet comunitario más amable y gentil; Inteligencia Humana Colectiva en oposición a Inteligencia Artificial.

Se puede argumentar que Internet, tal y como la conocemos, es otra forma de crimen institucional, que nuestros señores de las grandes tecnologías, que nos dicen lo que tenemos que pensar y sentir, actúan como dictadores. Si Google es Joseph Stalin y Facebook es Mao Tse Tung, Lokkal es la democracia ateniense: del, por y para el pueblo.

Con las elecciones a la vuelta de la esquina, creo que la solución no vendrá de arriba abajo, sino de abajo arriba, de la comunidad unida. Y que la comunidad necesita su propio sitio web.

Tengo algunas buenas conexiones aquí en la Crescent City, incluyendo tal vez algún apoyo financiero, para iniciar Lokkal aquí. Podría haber mucho más Nueva Orleans en mi futuro. Y lo más importante, tengo una hija que anoche me dijo: «Es muy agradable tenerte en la ciudad». Ha sido una buena visita.

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