por Dr. David Fialkoff, Editor

Mi hija, cuyos dos padres son médicos naturistas, creció leyendo los ingredientes de los alimentos envasados, desconfiando de los ingredientes artificiales y conociendo los números de cada colorante: Rojo 3, Rojo 40, Azul 1 y 2... Recuerdo que una vez me corrigió: "No, papá, es el Amarillo n.° 5".

El colorante Rojo número 3 se usó por primera vez a principios del siglo XX como tinte industrial. Luego comenzó a utilizarse en alimentos, principalmente para cubrir el color verde de la carne en mal estado, sin que se realizara ninguna prueba sobre su seguridad para el consumo humano. A pesar de que se demostró su toxicidad y su potencial cancerígeno, lo que llevó a su prohibición en otros países, en Estados Unidos se siguió usando ampliamente.

Así fue hasta hace un par de semanas, justo antes de que Trump asumiera el cargo, cuando la FDA eliminó el Rojo n.° 3 de nuestros alimentos. Digan lo que quieran sobre Robert Kennedy Jr., pero esto fue un gran paso adelante: fácil, evidente y saludable, aunque tus Fruit Loops, ahora coloreados solo con extracto de remolacha, sean un poco menos brillantes.

No tienes que confiar en la palabra de Robert Kennedy; el colorante Rojo n.° 3 y cientos de otros químicos que aún están permitidos en los alimentos en EE.UU. han sido prohibidos en Europa desde hace décadas. Por supuesto, Europa también prohíbe la publicidad directa de productos farmacéuticos al consumidor. Cuando las noticias son "Patrocinadas por Pfizer", es seguro que recibirán una cobertura favorable.

Canadá -- Fruit Loops -- Estados unidos
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Uno de mis pacientes en Connecticut me contó que un reconocido cardiólogo le diagnosticó presión arterial alta y le recetó un medicamento para tratar la afección. Sin embargo, en lugar de seguir la receta, este paciente (que aún no era mío) volvió a casa y realizó algunos cambios en su estilo de vida: redujo el consumo de sal, hizo más ejercicio y practicó técnicas para reducir el estrés...

En la siguiente consulta, después de medir su presión arterial, el médico se mostró satisfecho con la forma en que "el medicamento estaba funcionando". El paciente le explicó que no había tomado el medicamento y que la modificación en su estilo de vida había sido la responsable de los buenos resultados. El médico aplaudió la iniciativa del paciente y le dijo que siguiera así.

Cuando el paciente preguntó si el médico empezaría a recomendar cambios en el estilo de vida a sus pacientes con hipertensión, el médico vaciló, diciendo: "No lo cumplirían."

Mi comentario al escuchar la historia fue que, si el médico pudiera ganar más dinero recetando modificaciones en el estilo de vida en lugar de medicamentos, entonces lo haría: "¿Cómo voy a ganar dinero si mis pacientes se curan?"

Cuando Dean Ornish, MD, descubrió que el endurecimiento de las arterias podía revertirse con cambios en el estilo de vida, empezó a buscar médicos que estuvieran utilizando este enfoque. Cuando le preguntó al único que encontró por qué otros médicos no trataban de esta manera a sus pacientes, además de muchas explicaciones, el cardiólogo le respondió: "Los médicos están sesgados en su elección de tratamientos por consideraciones económicas".

Esto ocurre a pesar de que el programa de Ornish mejora la salud y el bienestar general del paciente, mientras que el enfoque farmacéutico a menudo conlleva efectos secundarios y resultados mediocres.

Cuarenta años después de obtener mi licencia como médico naturópata, mi filosofía de la salud ha envejecido bastante bien. Los medicamentos naturales, no patentables, suelen ser suficientes para recuperar la salud; la dieta, el ejercicio y la reducción del estrés suelen ser suficientes para mantenerla.

Kennedy nos recuerda que la industria farmacéutica no es un observador neutral. No sólo tienen un caballo en la carrera, sino que han comprado el hipódromo, controlando el diálogo en las facultades de medicina, las legislaturas y la FDA.

En esto, de todos modos, me mantengo adelantado a mi tiempo. Recuerden mis palabras: la ciencia de la industria farmacéutica se revelará tan interesada como lo fue la ciencia de las compañías tabacaleras. La principal verdad suprimida es que la mayor parte de la salud no tiene nada que ver con la medicina. Existen enfoques no farmacéuticos para el tratamiento y la prevención de enfermedades (casi todas las enfermedades), que funcionan mejor que los productos farmacéuticos (casi todos los productos farmacéuticos).

Dicho esto, este invierno, mi hija se debilitó y contrajo neumonía. Cuando todos los remedios naturales fallaron y la situación parecía grave, tomó un tratamiento con antibióticos. La medicina convencional es como llamar a la policía: a veces hay que hacerlo, pero casi siempre es un error. Si es posible, es mucho mejor resolver los propios problemas sin involucrar a las autoridades.

Pero seamos prácticos. ¿Qué se puede hacer fácilmente para mejorar la salud y el bienestar? "Fácilmente" es la palabra clave. Porque mientras practicaba la medicina, entendí rápidamente que si la modificación del estilo de vida que estaba recomendando no era fácil, entonces era menos probable que mis pacientes la adoptaran. Si no era conveniente, no lo harían.

No espero que salgas a comprar un exprimidor de jugos fácil de limpiar (Acme Supreme) y hagas jugo de zanahorias (con pepino, remolacha y jengibre) como yo he estado haciendo religiosamente durante cuatro décadas.

No espero que empieces a comer mi desayuno de ácidos grasos esenciales: avena, semillas de calabaza, semillas de girasol, semillas de lino, chía, anacardos, almendras, nueces de Brasil, nueces pecanas, tahini, canela, yogur, levadura nutricional, vainilla y sal.

Pero creo que podría convencer a algunos de ustedes para que incorporen el toque final de mi desayuno a su rutina diaria. Cuando todo lo demás ya está en el tazón, saco una bolsa verde bosque de mi congelador, rompo un trozo del bloque de algas espirulina que hay dentro y lo mezclo con mi cereal de la mañana.

Las pastillas de vitaminas y minerales, incluso cuando están queladas, son difíciles de absorber. Los alimentos se absorben perfectamente. La densidad nutricional y los beneficios para la salud (propiedades antitumorales, prevención de la enfermedad de Alzheimer, mejora de la depresión...) de las algas verdeazuladas están bien establecidos. Consumidas por los aztecas, las algas ahora están siendo promocionadas por la ciencia convencional como una alternativa sostenible y sin emisiones de carbono a la agricultura estándar.

No hay nada más conveniente que las algas espirulina, SpirulinaViva, cultivadas localmente por Katie, frescas y aún vivas, disponibles en Mercado Sano, La Sabina y por entrega a domicilio. Déjalas disolver en su jugo de naranja, resuélvelas, bébalas. O agrégalas a unas cucharadas de yogur. Apuesto a que te sentirás mejor incluso antes de enjuagar el vaso o el tazón.

(Consejo profesional: me gusta el sabor de la espirulina, pero si es demasiado para ti, no la dejes reposar; trágatela antes de que tenga la oportunidad de reconstruirse por completo).

SpirulinaViva es algo muy especial. En un mundo de alimentos procesados, todavía es posible comer el alimento más nutritivo del planeta, en su forma más fresca, al menos aquí en San Miguel.

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