Cuando tenía 18 años, en la lotería del reclutamiento para la guerra de Vietnam obtuve un número lo suficientemente alto como para no ser llamado. En ese momento, estaba acampando en la playa Pontillón en Oaxaca, entre Puerto Ángel y Zipolite.

Esa noche decidí convertirme en artista porque no quería tener ningún arrepentimiento sobre lo que haría con mi vida. Quería hacer algo para devolverle al universo el privilegio de haberme permitido ocupar un espacio valioso en el planeta, recorriendo su jardín.

Es asombroso que cada vez que pinto exista la posibilidad de estar creando la mejor obra de mi vida. No se puede predecir cuándo un artista es llevado por la inspiración. Hay un momento, un espacio, en el que los cuadros se pintan a sí mismos y el artista sólo debe estar presente para hacer el trabajo físico.

Exprimo directamente la pintura al óleo desde el tubo en frascos de comida para bebé, luego la diluyo hasta que tenga la viscosidad del pegamento líquido. Organizo mi paleta con todos los colores base colocados uno junto al otro. Una vez que está lista, aplico la pintura al lienzo.

Mis cuadros están diseñados para vivir con ellos. Subliminalmente, envían energía positiva.

Esta exposición trata sobre la ley de los promedios. Una de cada cinco pinturas es excelente. Si me presento todos los días y pinto con amor, tropezaré con la genialidad.

Lo brillante es hermoso.

Que el espíritu del arte te acompañe.
Jon

www.jonschooler.com

Con décadas de experiencia realizando encargos para clientes, la teoría del color de Jon Schooler y su enfoque único para mezclar pinturas al óleo lo han posicionado a la vanguardia de su campo, creando un nuevo método para combinar y aplicar el medio sobre el lienzo. Con una capacidad perdurable de cautivar, deleitar y elevar el espíritu, su obra resalta las extraordinarias complejidades del color y ofrece una visión íntima de su relación personal con su medio favorito.

Schooler nació en 1953 en Brooklyn, Nueva York y es un reconocido artista contemporáneo y es autodidacta. Vivió en San Miguel de Allende, México, desde 1972 hasta 2003 y ahora considera Oak Street, en Nueva Orleans, su nuevo hogar.

Su obra forma parte de la colección del Museo de Arte de Nueva Orleans, y se exhibe regularmente en exposiciones individuales y colectivas, además de formar parte de la colección permanente del nuevo museo contemporáneo en San Miguel de Allende, México: Casa Museo de Arte Contemporáneo.

Declaración del artista

Soy un pintor científico. Experimento. En mis días de impresión textil, solía guardar todo el color sobrante en frascos. Era como si Walt Disney hubiera vomitado en ellos. Pensaba que al final solo obtendría un gran frasco de color marrón, pero cuando lo aplicaba sobre una tela, los colores aparecían separados y marmoleados. Más tarde, desarrollé un método en el que cubría el lienzo con pintura y la manipulaba con jeringas y cuchillos.

Trabajo rápido. No me paso meses laborando en una obra. Puedo crear seis piezas en una noche. Creo en la ley de los promedios. Solía crear veinte pinturas y una resultaba realmente buena. Con el tiempo, una de cada doce salía increíblemente bien. Con los años, ese número ha cambiado a mi favor.

La pintura es una ventana abierta hacia la imaginación. El arte empieza allí. Comienzo con una idea que se convierte en una realidad física que incluye colores vibrantes y hermosos. A través de un viaje imaginario, me encuentro con colores que están vivos y pueden comunicarse como asesores y aliados. Los colores son mis amigos.

Mi trabajo se centra más en el uso de los colores y en disfrutar con ellos que en cualquier otra cosa. Cuando empiezo a pintar, el color es el único elemento con el que puedo relacionarme. Creo que cada color posee su propio espíritu. Al explorar mi imaginación, voy trazando el proceso a través de pinturas al óleo y lienzos; cada obra termina siendo un mapa que documenta ese lugar en la imaginación. Me gusta crear piezas con humor que lleguen al espectador. Mi objetivo es hacer arte que perdure, arte positivo y lleno de energía; arte que puedas mirar por la mañana para recibir un impulso que te ayude a comenzar el día.

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