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Memorias, ficciones y extravíos
Enrique Guillén Sáenz
inauguración - jueves, 16 de enero 4-7pm
Lavinia's Art Space


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12 de enero, 2025

"Comprendí que las cosas son reales y diferentes, todas, las
unas de las otras;
lo comprendí con los ojos, nunca con el pensamiento.
Comprenderlo con el pensamiento sería encontrarlas a todas
iguales.
"

Alberto Caeiro
(Fernando Pessoa)

por Enrique Guillén Sáenz

Durante mucho tiempo, desde el inicio de mi formación hasta hace apenas pocos años, procuré mantenerme dentro de los límites de "la realidad". Nada que no fuera creíble en pintura me interesaba.

El contacto con la literatura me ayudó a ir soltando los nudos que me amarraban a ese mundo sólido y pesado en el que me hallaba atrapado. No puedo, ni quiero, negar mi gusto por la pintura que nace de la observación profunda de la "realidad sólida" pues me ha ayudado a entender la forma, el espacio y la materia, de ahí mi gusto por el bodegón y el paisaje del natural.

No obstante, en esta ocasión me permití jugar un poco con la imaginación para construir historias y reconstruir recuerdos de manera más desenfadada librándome del peso formal de la "pintura seria" al incluir mucho dibujo y colores que antes no me hubiera permitido.

Quise acompañar la muestra con los bocetos, las pruebas de color y notas de varias pinturas para compartir parte del proceso de trabajo y mostrar la importancia que tiene el dibujo en mi pintura, por ser la herramienta primordial con la que aterrizo ideas, con la que puedo cambiar el mundo mental, descomponerlo y volverlo a armar mientras lo voy comprendiendo. Dibujar es pensar, es un lenguaje que no contiene palabras, sino tejidos de líneas y manchas: urdimbres de grafito conteniendo el mundo.

Las piezas que están por ver se nutren de dos fuentes: la literatura, por un lado y la problemática social, por el otro. No es mi causa hablar de hechos sociales específicos, sino que los uso para plantearme cuestiones de la existencia más relacionadas con el sentir humano. Problemas como la desaparición forzada, la migración, la pobreza y la niñez son abordados con la intención de servir como recordatorio de que existen temas que no debemos dejar en el olvido.

La veracidad de estas historias radica en que su recuerdo despierta en mí sensaciones que traté de abordar pictóricamente. Lo importante está ahí, en la sensación que pudieran despertar, no en la fidelidad de los hechos o en la perfecta descripción de las formas.

San Miguel de Allende, Gto.
2024

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por Dr. Arturo Joel Padilla Córdova / Gestor Cultural

La obra del maestro Enrique Guillén Sáenz es la manifestación de un acto de conciencia que nos impulsa a reflexionar sobre lo que acontece en un mundo desprovisto de contención; un mundo en el que se desploman las estructuras que sostienen, con cierta fragilidad, los escenarios que habitan seres invisibles, sin rostro, que cargan una esperanza que se resisten a abandonar.

Los migrantes, esas figuras anónimas que dejan sus raíces con desánimo y una obligada cuota de dolor, se van incorporando de manera creciente a un conflicto que sucumbe ante lo inevitable: el abandono. Con una imponente fuerza expresionista y un manejo notable de la técnica, la obra del maestro Enrique Guillén nos confronta a través de una realidad delirante, en complicidad con el extravío de sus personajes. Con el predominio de los grises y el trazo suelto, el resto de los colores van apareciendo de manera circunstancial y magistral, propiciando atmósferas con personajes que flotan, casi fantasmales, como emergiendo de una realidad ficticia y sombría. Algunos, como salidos de una narrativa literaria, van existiendo de manera desolada, provistos de una ficción que emana de una realidad aplastante. En las obras, las figuras definidas permiten la lectura franca, como relatando un texto encontrado en el recuerdo, mientras que las figuras que se entrelazan en su indefinición, sucumben en el caos extraviado de su propia ficción. El trazo definido y desdibujado le permiten al espectador fluctuar entre lo abstracto y lo concreto, lo encontrado y lo extraviado, la realidad y la ficción, la mirada franca y la dispersa.

La obra del maestro Enrique Guillén Sáenz nos invita a un encuentro obligado con esos seres que, iluminados con la luz de una bombilla y, a veces, en la compañía de un perro, evitan naufragar en sus propias condiciones de abandono, de búsqueda y de pérdida. Diversos animales acompañan a estos seres sin rostro que sugieren una identidad que podría pertenecer a cualquiera, a veces sin darnos cuenta. La muestra pictórica es un encuentro con el mundo al que pertenecemos y del cual somos responsables, querámoslo o no.

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Texto de nucleo temáticos

En los último cinco años, las madres buscadoras de jóvenes desaparecidos se han dado a la tarea de localizar a cientos de ellos que, por razones relacionadas a una violencia estructural, se les ha privado de la libertad y, en el peor de los casos, de la vida. El dolor no las ha detenido y, muchas de ellas han encontrado en ese periplo desgarrador, la muerte.

Teseo ahora es un indigente rodeado de un laberinto de pobreza, enfrentado a ese monstruo que ha devorado a los hombres y mujeres para alimentarse hasta su saciedad. Camina con decoro, llevando la cabeza de Asterión, el minotauro, entre casas de cartón con cubiertas de lámina y cortinas de plástico, ante la mirada expectante de un perro.

El movimiento estudiantil del 68 dejó una huella imborrable en la memoria de una generación que pensó en la acción de un cambio de paradigmas, hasta ese entonces insalvables. Las ideas se enfrentaron a las armas y el entusiasmo a la intolerancia. Los perseguidos fueron sacados a empujones y jaloneos, atentando contra sus derechos y sus propias utopías.

Las historias personales pueden tener múltiples interpretaciones, casi todas ellas guardadas en la experiencia personal y memoria del artista. En la obra, una persona se esconde ante la presencia de dos fuerzas que están a punto de enfrentarse, manteniendo una tensión que podría resolverse en cualquier momento, mientras una bicicleta robada yace en el suelo.

 
"Un caballo pasó al galope donde se cruza la calle real con el camino de Contla. Nadie lo vio. Sin embargo, una mujer que esperaba en las afueras del pueblo contó que había visto el caballo corriendo con las piernas dobladas como si se fuera a ir de bruces. Reconoció el alazán de Miguel Páramo. Y hasta pensó: ‘Ese animal se va a romper la cabeza.’ Luego vio cuando enderezaba el cuerpo y, sin aflojar la carrera, caminaba con el pescuezo echado hacia atrás como si viniera asustado por algo que había dejado allá atrás".

Cita textual de Juan Rulfo en Pedro Páramo.
 

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Memorias, ficciones y extravíos
Enrique Guillén Sáenz, inauguración

Lavinia's Art Space, Calz. de la Estación 151
Jueves, 16 de enero 4-7pm

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